Aunque por las fotos puede parecer que el montaje de un yarn bombing es cosa de un ratito, nada más lejos de la realidad. Además del trabajo previo de planificación y tejido, instalar las piezas, solucionando los imprevistos de último momento, no es moco de pavo.
Una de las grandes satisfacciones del proceso es ver cómo la gente se fija en el proyecto, se interesa en él y nos pregunta un móntón de cosas.
Y, por supuesto, la expectación que despierta una vez terminado.
Que gustazo!
ResponderEliminarno lo sabes tu bien.
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