...y el color:
Nos lanzamos a la aventura...
Vigilando la sopa de lana:
Impacientes por ver los resultados:
Desde el grannybolso no había vuelto a tejer mas que chaquetas, chales, calcetines y prendas de bebé, así que me he animado a darme un gustazo para el cuerpo y a regalarme este bolso tan veraniego. Se crochetea en un pispas, porque como veis el punto es muy sencillo y se teje en redondo, con lo que sólo hay que estar pendiente de cambiar de color. He utilizado Perlita de Hilaturas L.M, un ovillo de cada color.

Y sobre todo, artesanías textiles, de gran tradición en la zona en la que pasamos la jornada. El pueblo de Val de San Lorenzo, junto a la ciudad de Astorga, es desde antiguo un centro productor de tejidos de lino y de lana, que se extendieron a otras provincias por su calidad y gracias a la otra actividad tradicional de la zona: la arriería.
La labor de preparación de la lana: el hilado en la rueca.
Y el tejido.
Y sí, sucumbí: aumenté el alijo lanero.


El último encargo terminado han sido estas chaquetitas para unos gemelos: niño y niña. El trabajo no ha sido muy difícil, -como podeis ver en las fotos- unos puntos sencillos y un patron con pocas complicaciones son la mejor baza para acertar en estos casos, que lo que ha de destacar es quien lleva la prenda y no la chaquetita en sí. Además, así la labor no se alarga demasiado.
Y ahora la de ella...

El color negro es un básico que puede ser usado de la mañana a la noche y tanto en verano- por estas latitudes a veces el termómetro se despista- como en invierno. El merino (King de Hilaturas L.M) aporta un tacto suave y amoroso... y una caída impresionante.
Y un supertruco: para darle más caché no hay nada como poner unos flecos.